Tras una Tragedia Familiar, Sofía Ve un Camino Hacia la Sanación

Tras una Tragedia Familiar, Sofía Ve un Camino Hacia la Sanación

La primera señal de que algo no iba bien en la casa de Sofía era la puerta abierta cuando llegaba del colegio. Siempre era la primera en llegar a casa, horas antes de que sus padres regresaran del trabajo.

Mientras caminaba hacia la cocina, contaba las baldosas del suelo y se detenía mientras intentaba prepararse. Sabía que algo andaba mal.

Y cuando encontró a su madre llorando en la mesa de la cocina, su corazón se paró. Entre sollozos ahogados, la madre de Sofía le contó que su padre había muerto en un accidente de trabajo. Y en ese momento, la vida de Sofía cambió para siempre.

El padre de Sofía era un obrero de la construcción que parecía invencible. A ella nunca se le ocurrió que el trabajo que hacía fuera peligroso. Siempre admiró lo fuerte y valiente que era. Él le hacía querer ser valiente también. Eso era todo lo que podía pensar mientras intentaba comprender la nueva realidad de su familia.

El día del funeral, Sofía no lloró. Tenía miedo de que si empezaba, no pararía nunca. Toda su familia se reunió para apoyar a Sofía y a su madre, pero ella nunca se sintió tan sola.

En las semanas posteriores a la pérdida de su padre, Sofía se acostumbró tanto a dejar de lado sus sentimientos que empezó a sentirse insensible. Pero no era solo tristeza lo que no podía sentir. No había alegría en momentos que deberían ser felices. No había risas. Y aun así, Sofía no se permitía llorar.

“En algún momento, pensé que tenía que ser fuerte y no podía permitirme sentirme demasiado triste por mi padre,” explicó. “Supongo que pensé que estaba siendo valiente al no llorar. Y cuanto más reprimiera mis emociones, más difícil se me hacía.”

Con su dolor reprimido, las emociones de Sofía estallaban de manera impredecible. Se metía en problemas con más frecuencia en la escuela cuando le contestaba mal a la maestra o se peleaba con sus compañeros. Antes nunca se metía en problemas, pero ahora siempre acababa en castigo o en la oficina del director.

Pero las cosas realmente estallaron cuando la madre de Sofía comenzó a salir con chicos nuevamente. Para Sofía, esto fue una traición inimaginable a su padre.

“Sentí que mi madre estaba intentando reemplazarlo,” dijo. “No quería un nuevo papá. Solo quería a mi papá.”

El mal comportamiento de Sofía comenzó a salirse de control en casa. A menudo le gritaba a su madre. A veces tiraba o rompía cosas. Y algunos días, no le hablaba en absoluto. Su enojo parecía justificado. No veía ninguna razón para intentar arreglar las cosas con su madre.

Pero cuando Sofía terminó en la oficina de la directora por tercera vez en una semana, la directora le dejó en claro que su comportamiento ya no sería tolerado. Llamó a la madre de Sofía para una reunión en la escuela. Y cuando su madre le contó a la directora sobre el comportamiento de Sofía en casa, ambas coincidieron en que Sofía necesitaba más ayuda de la que cualquiera de ellas podía brindarle. Fue entonces cuando la directora mencionó Mercy Home.

Al principio, Sofía se resistió a la idea y le gritó cosas crueles a su madre. Pero con el tiempo se dio cuenta de que podría ser su única oportunidad de cambiar las cosas.

“Me asusté cuando el director dijo que me podían expulsar del colegio,” admitió Sofía. “Sentí que todos me estaban dando la espalda, pero yo sabía que no podía darme por vencida.”

Las primeras semanas en Mercy Home fueron difíciles para Sofía. Aunque las cosas no iban bien con su mamá, la extrañaba mucho a ella y a su hogar. A veces recordaba cuando vivía con sus padres, formando parte de una familia feliz. Se sentía muy injusto que le quitaran todo eso. Fue solo cuando comenzó a abrirse en terapia que pudo lidiar con estas emociones.

En sus reuniones semanales con su terapeuta, Sofía comenzó a desentrañar su dolor, su enojo y por qué sentía que era tan importante no mostrar lo triste que estaba. El simple hecho de hablar de sus sentimientos la ayudaba. Y la madre de Sofía asistía regularmente a terapia familiar con Sofía.

“Mi mamá y yo pudimos hablar de muchas cosas de las que no hablamos cuando murió mi papá,” dijo Sofía. “Nunca le dije a mi mamá lo triste que estaba. Creo que se sorprendió de lo mucho que estaba pasando por momentos difíciles.”

Por supuesto, su relación no sanará de la noche a la mañana. Sofía todavía está lidiando con su tremenda pérdida y sabe que siempre será difícil para ella. Pero gracias a Mercy Home, también sabe que tendrá el apoyo y las herramientas para afrontarlo.

“He aprendido mucho sobre cómo expresarme,” dijo. “Antes, me guardaba las cosas para mí y me enojaba todo el tiempo. Mercy Home me ha enseñado mejores formas de lidiar con eso.”

La escuela de Sofía aceptó trabajar con ella ahora que estaba en Mercy Home. Sofía aprendió estrategias para lidiar con su frustración en la escuela en lugar de portarse mal. Hasta ahora, sus maestros han notado su progreso y la han felicitado por las mejoras que está logrando. Sofía sabe que la educación es importante para tener el futuro que desea, por lo que está trabajando duro para obtener buenas calificaciones y mantenerse alejada de los problemas.

“Creo que algún día quiero ser maestra,” dijo Sofía. “Pero sé que tengo que seguir trabajando duro para lograrlo. ¡Y Mercy Home me ayudará!”

Antes de llegar a nuestro Hogar, Sofía iba camino de la destrucción. Pero ahora, las cosas parecen mucho más tranquilas. Y finalmente tiene esperanzas para el futuro.

“Parecía que las cosas nunca iban a mejorar,” dijo. “Pero ahora por fin puedo ver las posibilidades que tengo por delante.”

Ten en cuenta: Nos preocupamos profundamente por proteger la privacidad de nuestros niños, los nombres y ciertos detalles de identificación en esta historia se han cambiado.

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