Enero 30, 2025

Cuando los jóvenes llegan a Mercy Home, muchos de ellos cuentan historias de haber tenido que crecer demasiado rápido. Desde temprana edad, se han visto obligados a asumir cargas de adultos que afectan su capacidad para tener un buen desempeño escolar o prepararse para un futuro exitoso. Esa era la situación en la que se encontraba Julián.

A Julián no le gustaba contarle a otras personas dónde vivía. Y nunca invitó a amigos.

No quería que nadie descubriera que compartía un pequeño apartamento de una habitación con sus padres, su hermana mayor y su hijo. El apartamento era viejo y a menudo no tenía electricidad ni agua corriente porque sus padres no podían pagar las facturas. Su padre rara vez estaba sobrio—y rara vez se levantaba del sofá.

Además de sentirse avergonzado por su vida familiar, Julián también llevaba la tremenda carga de tratar de cuidar de su familia. Su madre trabajaba en varios empleos y no estaba en casa lo suficiente para limpiar la casa o cocinar. Si Julián no hiciera la compra, no habría comida en el apartamento. Y a veces su hermana se quedaba fuera toda la noche con sus amigas, dejando a Julián a cargo de su hijo.

Con tantas responsabilidades, Julián no tenía tiempo para las cosas en las que un niño de su edad debería centrarse, como hacer la tarea o pasar tiempo con amigos. No obtuvo buenas calificaciones porque no tuvo tiempo para hacer la tarea. A veces estaba tan cansado en la escuela que se quedaba dormido en clase. Sus profesores rápidamente lo descartaron como un mal estudiante, alguien que no estaba interesado en aprender.

A Julián no le gustaba contarle a otras personas dónde vivía. Y nunca invitó a amigos.

Pero aunque a Julián le iba tan mal en la escuela, tenía sueños de ir a la universidad y convertirse en abogado. A medida que fue creciendo, empezó a perder la esperanza de que ese sueño se hiciera realidad—no sabía cómo lograría ponerse al día en la escuela, y mucho menos entrar en una buena universidad.

Julián llegó a un punto bajo cuando reprobó tantas materias que tuvo que repetir su segundo año de escuela secundaria. Consideró abandonar la escuela por completo para conseguir un trabajo y mantener a su familia. Sabía que su familia necesitaba ayuda y ya no veía el sentido de seguir intentando tener éxito académicamente.

Pero entonces, un consejero vocacional de la escuela llamó a Julian a su oficina para hablar sobre cosas que estaban afectando su desempeño en la escuela. Sintió que no tenía más opción que explicar que era responsable de tantas cosas en casa que simplemente no tenía tiempo para las tareas escolares.

Pero aunque a Julián le iba tan mal en la escuela, tenía sueños de ir a la universidad y convertirse en abogado.

Le preocupaba que el consejero vocacional se enojara con él por no tener un buen desempeño en la escuela. Pero en lugar de eso, le contó sobre Mercy Home—un lugar donde no tendría que preocuparse por cuidar una casa y podría concentrarse en sus calificaciones y simplemente ser un niño.

Al principio, Julián no estaba interesado. Se sintió demasiado culpable por no estar allí para ayudar a su madre como para considerar vivir en Mercy Home. Pero cuando le contó a su madre sobre su conversación con el consejero vocacional unos días después, ella lo animó a pensarlo más. Julián se dio cuenta de que la única forma de cambiar la situación era darle una oportunidad a Mercy Home. Después de una visita a nuestra casa, decidió mudarse.

Desde que llegó a Mercy Home, Julián siente que se le ha quitado un peso de encima. Ha estado trabajando duro con sus tutores para ponerse al día con todo lo que perdió en la escuela. Ha construido amistades con otros chicos e incluso ha tenido la oportunidad de participar en actividades extracurriculares en la escuela.

Julián siente como si le hubieran quitado un peso de encima.

Mercy Home también ha brindado apoyo a la familia de Julián. Al ayudar con los gastos y las compras de alimentos, la familia de Julián tiene un lugar mucho más seguro y saludable donde vivir. Y lo más importante es que, por primera vez, a Julián se le ha permitido ser simplemente un niño. Una vez que se ha quitado de encima todas las cargas de la vida adulta, puede centrarse en construir un futuro brillante.

Venir a Mercy Home realmente ha cambiado la vida de Julian, ¡y es gracias al apoyo de amigos como tú! Gracias por tu amistad con nuestros niños.

Ten en cuenta: Nos preocupamos profundamente por proteger la privacidad de nuestros niños, los nombres y ciertos detalles de identificación en esta historia se han cambiado.