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Nuestro viaje de Cuaresma de 40 días, uno que finalmente nos llevará a la cruz y la celebración de la Pascua, continúa este mes. Los 40 días que pasamos en Cuaresma son increíblemente significativos, porque es durante este tiempo que Jesús nos invita a unirnos a él en un viaje íntimo de amor. Durante este tiempo, estamos llamados a pasar tiempo en oración, acercarnos a los necesitados y ofrecer sacrificios personales.
Aunque nuestro viaje con el Señor durante la temporada de Cuaresma puede estar lleno de tentaciones, debido a nuestros propios pensamientos y deseos pecaminosos, esto es algo que Jesús entiende. Recuerde, él también fue tentado en el desierto por el diablo. Pero, al igual que Jesús, somos guiados por el Espíritu y el amor vivificante de Dios. Podemos contar con él por la fuerza y el coraje para resistir las cosas que nos alejan de Dios y para decir que sí a aquellas cosas que nos acercan a él.
Como seguidores de Cristo, estamos llamados a morir a nosotros mismos para que Jesús pueda resucitar en nosotros. No hay momento en que esto sea más cierto que durante la temporada de Cuaresma. Es esencial que muramos a nuestros deseos egoístas, a nuestra necesidad de control, a nuestras tendencias a ser duros con los demás. Solo podemos alcanzar el llamado a una vida de arrepentimiento y conversión si morimos a nosotros mismos. Este viaje de cuarenta días es una oportunidad invaluable para vivir como Jesús quiere que vivamos, orar como él quiere que oremos, ayunar y hacer ofrendas como él quiere que hagamos. Al morir para nosotros mismos, permitimos que la luz y el amor de Cristo brille a través de nosotros.
Sigamos el ejemplo de Jesús este año al reunirnos para celebrar la Eucaristía durante la temporada santa de Cuaresma. Al ser fieles a la invitación de Dios de ayunar, orar y cuidar a los necesitados, podemos confiar en que nuestra recompensa se encontrará en la esperanza del Cristo resucitado y en el cumplimiento del convenio del Señor con nosotros. Al morir para nosotros mismos y resucitar con Cristo, se revela el gran plan de salvación de Dios y su gloria.
En esta temporada de Cuaresma, espero que mantengan a nuestra comunidad de la misa dominical en sus oraciones, y tengan la seguridad de que permanecerán en la nuestra. Oro para que Dios los bendiga a lo largo de esta temporada santa.
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