Viviendo Por Fe

Este mes, continuamos celebrando la Resurrección de nuestro Señor. Esta época del año siempre me recuerda al apóstol Tomás. Probablemente recuerdes que Tomás no creería que los otros Apóstoles habían visto a Jesús hasta que pudiera tocarlo a él y sus heridas con sus propias manos.

Probablemente hayas escuchado los dichos populares “ver para creer” y “ver es poder comprobar.” Pero, ¿sabías que la palabra verificar proviene de la palabra latina “veritas,” que significa “verdad?” Ver es poder comprobar la verdad.

Y eso es lo que Thomas buscaba hacer. Quería verificar personalmente que sus amigos realmente habían visto al Señor Resucitado. Probablemente no deberíamos ser tan duros con Thomas—después de todo, todos tenemos la necesidad de verificar lo que otros nos dicen para saber la verdad por nosotros mismos. Si no cuestionamos lo que otros nos dicen, y si no estamos continuamente cuestionando y reafirmando nuestra propia fe, entonces, ¿cómo sabemos lo que realmente creemos?

Curiosamente, el nombre Thomas significa “gemelo.” A menudo me he preguntado quién era el gemelo de Thomas en el Evangelio. Pero quizás todos somos mellizos de Tomás cuando dudamos o cuestionamos todo lo que Dios tiene y sigue haciendo por cada uno de nosotros. ¿Cuántas veces nos hemos hecho la pregunta “¿dónde está Dios?” cuando estamos afligidos por la enfermedad, la tragedia o el sufrimiento personal? Es tanto natural como humano hacer preguntas como “¿Nos ve Dios?” o “¿Escucha Dios mi oración?” o “¿A Dios realmente le importa después de todo?”

Ahí es donde entra la sabiduría de nuestra tradición católica. Sabemos dónde está Dios en momentos de sufrimiento, pruebas personales y pérdidas, y debemos volvernos hacia la cruz y ver al Señor que cuelga de ella por amor a nosotros.

Deberíamos estar animados y seguros de que Jesús está con nosotros en medio de nuestra duda.

Ese poema familiar “Huellas en la arena” nos recuerda que incluso en los momentos más oscuros de la vida, cuando cuestionamos dónde está Dios, podemos enfocarnos en un par de huellas en la arena—las huellas de Jesús que nos lleva en sus brazos. .

Las Buenas Noticias de la Resurrección que celebramos durante el tiempo de Pascua es que Jesús es el Señor, resucitado de entre los muertos. No hay duda de que Jesús ha venido a ofrecernos su paz pascual como la ofreció a Tomás ya los discípulos. Jesús ha venido a compartir su presencia con nosotros, especialmente en nuestros momentos de oscuridad, enfermedad y desesperación.

Mientras celebramos esta Eucaristía, debemos tener en cuenta al “incrédulo Tomás,” quien quizás sea nuestro gemelo. Y lo que es más importante, a lo largo de este mes de mayo celebramos las Buenas Noticias de la Pascua, que nos asegura que Cristo ha resucitado, y su paz, su presencia y su poder vence todos nuestros miedos, todas nuestras dudas e incluso la muerte sí mismo.

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